miércoles, 21 de octubre de 2009

El Caso Varginha

El 20 de Enero de 1996 Eurico Rodriguez, y su mujer Oralina fueron despertados por los mugidos de su ganado. Vivían en un pequeño valle a las afueras de la ciudad de Varginha, en Brasil.
Ambos se apresuraron a abrir sus ventanas para en un inicio no ver nada, salvo a su ganado correr asustado. Pero pronto Eurico se quedaría inmóvil ante una imagen difícil de olvidar: a poco más de tres metros a ras de suelo, sobre el valle, se hallaba un cilindro gris del tamaño de un autobus. No tenía luces, ni hacía ruido. Rápidamente acudiría a llamar a su mujer, quién respondió a su llamada.

Nueve horas más tarde, Liliane, Valquiria, y Katia, tres adolescentes que regresaban del colegio, se encuentran con algo fuera de lo común: a pocos metros de ellas, arrimada a un muro, junto a un descampado, vieron una criatura de no más de metro y medio, con una gran cabeza con tres protuberancias, con la cabeza entre las piernas.

Aterradas, huyeron a casa, llorando. Su madre comenta que vio como sus hijas llegaban con retraso, gritando que habían visto al diablo.

Tras contar lo sucedido a la vencidad, un grupo de los mismos se reunen y van hacia el lugar del encuentro. Allí, vieron dos huellas de tamaño considerable, y un extraño e indiscreptible olor. Ambas pruebas quedarían borradas por una fuerte tormenta que acaeció posteriormente.

Pero la cosa no acaba ahí, ni mucho menos. En la localidad de Alfenas, a 80 km de Varginha, esa misma mañana uno de los ciudadanos afirmó haber visto una critatura de la cual dió la misma descripción que las adolescentes. Posteriormente, cuatro bomberos capturaron a la criatura con una red que se usa para capturar a los perros, según nos cuentan V. Pacaccini, y U. F. Rodrigues, abogados y ufólogos que investigaron a fondo el tema.

Pronto llegan fuerzas no civiles, como era de esperar. Soldados de la Escola de Sargento das Armas (ESA) de tres Coracões, oficiales de las Policía Militar y los bomberos de Varginha acudieron a la localidad, y logran capturar a la criatura que divisaron las adolescentes, cerca de la zona del avistamiento.

Ambos seres fueron trasladados a un hospital, donde no vivieron mucho, muriendo ese mismo día. Según Pacaccini y Rodrigues, Badan Palhares, reconocido forense, realizó una autopsia de las criaturas, y el teniente coronel Olímpio Wanderley Santos habría sido quien dirigió las operaciones militares. Como era de esperar, ambos personajes desmintieron rotundamente su participación en el caso.

Tras una exhaustiva investigación, ambos averiguaron que el lunes 22 de Enero un convoy de tres camiones partió a las 17:30 h rumbo a la Escola de Sargento das Armas (ESA) de Tres Coracões, a 25 kilómetros de Varginha, a donde llegaría a las 19:00 h, entrando separados para no llamar la atención. Ya en la Madrugada del 23, el capitán Ramires saldría de la ESA en un jeep. Los mismos camiones más tarde participaron en el transporte inicial de las criaturas, saliendo también a las cuatro de la mañana, acompañados por el sargento Pedrosa. El capitán Ramires esperaría a los camiones en una unidad del Ejercito, cerca de la ciudad de Campinas, desde donde se dirigieron a la Universidad, una de las más importantes de Sudamérica, equipada con tecnología de punta. Tras ello, se deja de saber de dicho equipo. Se dice que las critauras fueron introducidas en cajas de madera, embaladas con plástico.

Muchos ufólogos han investigado el caso, e ido a Varginha, investigadores célebres como John Mack, y Bob Pratt, que dan veracidad a los hechos desde su punto de vista. Además, importantes asociaciones ufológicas de Brasil denuncian el ocultamiento del caso.

El Triángulo de las Bermudas

Este famoso espacio geográfico de 3.900.000 km cuadrados se encuentra entre Puerto Rico, las islas Bermudas, y Fort Lauderdale (en Florida).

Su fama se debe a las numerosas desapariciones allí sucedidas. La peculiaridad de las mismas es que los barcos y aviones desaparecidos (más de 50 y de 20, respectivamente) es que desaparecen de forma súbita, sin llamadas de socorro ni nada parecido, e incluso en algunos barcos encontrados posteriormente se observa hasta la comida en las mesas, pero sin rastro de la tripulación.

La primera llamada de atención se hace en 1951, de la mano del periodista E. V. W. Jones, que denunció la desaparición de varios barcos y botes, y algún que otro avión. Poco después, se bautizaría la zona como "Triángulo del Diablo".

El término "Triángulo de las Bermudas" vendría de la mano del escritor sensacionalista V. Gaddis, en 1964.

Sin embargo, el cúlmen de la fama de dicho triángulo se alcanzaría en 1974, con la obra "El Triángulo de las Bermudas", de C. Berlitz, un autor de ciencia ficción que redactó una lista de las desapariciones (tomando muchas de las anotaciones de Gaddis), muchas de ellas mal interpretadas, manipuladas, y mezcladas con falsedad, e incluso alguna que otra invención.

El caso más conocido sería el del Vuelo 19, en 1945.

Las fuertes corrientes casuales y al inmensa profundidad del agua podrían explicar la desaparición fortituita de estos barcos y aviones, ya que es una zona frecuentada por fuerzas civiles y militares diariamente sin ningún problema. Muchas son las explicaciones científicas que dan una posible razón a este suceso. También se valoran secuestros de piratas, así como fallos de navegación. De los millones de barcos y aviones que han pasado por allí en el último siglo, el caso de desapariciones no llega ni al centenar. Una de las explicaciones más aceptadas es la de las erupciones de hidratos de metano, que pueden desencadenar la desaparición de un barco en momentos.

No obstante, como en todo, han surgido todo tipo de teorías fantasiosas, de las cuales, muchas incluyen, como no, abduciones de fenómeno OVNI, o incluso rayos destructores que proceden de las profundidades.

Los especialistas afirman que cuando la tecnología de navegación submarina esté más desarrollada se procederá a un rastreo más exhaustivo del fondo marino en busca de posibles restos de estos desaparecidos. Hasta entonces, habrá que esperar, dejando el misterio aparentemente sin resolver.

martes, 20 de octubre de 2009

Ed Gein

Muchos conoceis la película La matanza de Texas, que tuvo gran acogida en la década de los setenta, y que contó con un excelente remake en 2004.

Pero no es una historia de ficción, ni la invención de un director de cine. El filme esta basado en un hecho real, el caso de Ed Gein.

Ed Gein era un ciudadano de la localidad de Plainfield, en Wisconsin (EE.UU). Aparentemente era un hombre inofensivo, pero ocultaba tras su fachada a un terrible homicida.

Nació el 27 de Agosto de 1906. Su madre era una fanática religiosa que detestaba la débil personalidad de su marido, con el cual discutía constantemente. Este se emborrachaba y pegaba con ello a ambos de sus hijos.

El pequeño Gein era educado por su madre de una forma extraordinariamente dura, ya que ella quería evitar que se convirtiese en un alcohólico fracasado y machista, y recibía castigos constantes con dicho fin, sin recibir el amor que una madre debe dar a su hijo. Tampoco tuvo mucho contacto con otros niños, ya que su madre no quería que se corrompiese con la mala conducta de los demás.

Pero su madre moriría finalmente de un ataque al corazón en 1945, dejando a su hijo solo, frente a un mundo inabarcable para él, y del que apenas sabía nada. Viviría en una granja alejada del pueblo, trabajando para los habitantes del mismo en labores diversas, por lo que, a pesar de su excentricidad y su aparente debilidad, era visto como un hombre trabajador y fiable.

El 8 de Diciembre de 1954 un granjero fue a tomar una copa a la taberna de Mary Hogan, pero en lugar de ella, un reguero de sangre se encontraba en el suelo de la taberna. El sheriff, tras estudiar el lugar del crimen, solo pudo llegar a la conclusión de que fue asesinada, y su cuerpo arrastrado a un coche encontrado en el exterior. Mary desapareció.

Pero el propietario del aserradero tenía un posible sospechoso: el tímido y apartado Ed Gein. Este se quedaba mirando a Mary en la taberna constantemente, mientras bebía su cerveza, por lo que el dueño del aserradero supuso que estaba enamorado. No se llevaba bien con él, ya que aseguraba que decía cosas incongruentes, y que en numerosas ocasiones actuaba como un loco.

Tras saberse la desaparición de Mary, le comentó a Ed que si le hubiese confesado su amor ahora estaría viva y casada con él. Pero Ed alegremente respondió "no esta muerta, está en la granja". En un principio, el dueño del aserradero hizo caso omiso de su comentario, ya que era típico de él.

Ed fue arrestado el 16 de Noviembre de 1957 implicado en la desaparición de una nueva mujer, Bernice Woden, y conducido a la granja por dos policias para llevar a cabo un reconocimiento completo. Para sorpresa de los oficiales, allí encontraron colgado del techo por los tobillos y manos el cuerpo de una mujer decapitada, que había sido abierto en canal desde la vagina hasta el abdomen. Se trataba del cuerpo de Bernice, a quién Ed había disparado, y llevado a su furgoneta. Esta vez, se delató, ya que en el libro de contabilidad de la ferretería de la que Bernice era dueña aparecía el nombre de Ed Gein como último cliente.

Eso no era todo. Revistas pornográficas, de anatomía, montañas de basura, herramientas oxidadas, y heces se encontraban por toda la granja y la casa de Ed. Pero lo peor lo descubrieron cuando llegaron más patrullas de la policía e inspeccionaron la casa al completo. Sillas, lámparas, mesas y papeleras estaban forradas con piel humana, y también se encontraron vestidos hechos con piel humana, pantalones, camisas con los pechos, y máscaras de piel humana con el pelo intacto (9 en total, algunas colgadas de la pared de la cabecera de la cama de Ed). También se encontraron la cabeza y el corazón de Bernice en una bolsa de plástico. Del mismo modo, poseía cuencos y tazas hechos con los cráneos humanos que profanó.

Solo la habitación de su madre permaneció sellada y recogida.

Ed reconoció haber matado a Bernice Woden. Los otros cuerpos eran de mujeres ya fallecidas, cuyos entierros leía en el periódico, y luego profanaba sus tumbas y se llevaba los cadáveres. Afirmaba sentir una gran pasión por la anatomía femenina, y había pensado cambiarse a sí mismo de sexo, lo que explicaría los "trajes" de mujer hechos con las pieles.

Tras su detención, la casa no tardaría tiempo en ser una atracción turística coloquialmente conocida como "la casa de los horrores". La camioneta de Ed Gein se vendió, usada como atracción en ferias, del mismo modo. Finalmente, la casa sería demolida.

Ed sería internado en el Hospital Central del Estado de forma directa, ya que se trataba de un enfermo mental en toda regla. Hasta 1968 no sería dado por apto mentalmente para presentar ante jurado, y volvió a ser internado al verse que mentalmente seguía siendo incapaz de ello.

Los psiquiatras encuentran el origen de su locura en la anormal relación que su madre guardaba con él. Ed intentó conseguir su amor de forma obsesiva, y tras su muerte buscó posibles sustitutas (el parecido de los cadáveres era muy similar al de su madre). La consecuencia directa fue que Ed vió surgir dentro de él una nueva personalidad extremadamente misógina, debido a la falta de afecto de su madre, al mismo tiempo que pudo sufrir un complejo de Edipo, debido a su obsesión.

Estaría internado en el psiquiátrico hasta 1984, cuando fallece. Se habría comportado como un interno modelo, y a pesar del asesinato de las dos mujeres, afirmó que jamás mantuvo relaciones con ninguno de los cuerpos.

Sería enterrado en el cementerio de Plainfield junto a su madre, y allí se encuentra.

Un caso digno de película. Y ciertamente hay un par de películas que narran la vida de este personaje. Os recomiendo la película Ed Gein (título original: In the light of the moon), de Chuck Parello, que relata fielmente y de forma excepcional la vida de este personaje y los horrores en torno a ella.

El Caso de Amityville

Esta historia es muy conocida por aquellos interesados en estos temas. No hace mucho hubo una producción cinematográfica que recreaba lo sucedido en una casa peculiar de este pueblo. Protagonizada por Ryan Reynolds y Melissa George, y con el nombre de La morada del miedo, esta no fue más que otra película más de las 9 existentes sobre este tema. Pero todas ellas, con la finalidad del entretenimiento no logran reflejar (unas menos que otras) lo de verdad sucedido.

Amityville es una localidad del condado de Suffolk, en Nueva York.

En un inmueble del 112 de Ocean Avenue, el 15 de Noviembre de 1974, el hijo mayor de 17 años de la familia DeFeo asesinó con un rifle a toda su familia (padres y cuatro hermanos). Al principio no había indicios de su culpabilidad, pero algunas pruebas, como dos cajas de balas de rifle que se hallaban en la habitación del joven, y sus repentinos cambios de humor, hicieron que las miradas se dirigiesen contra él.

Finalmente declaró, y fue condenado a 25 años de prisión.

Pero esto no es sino un antecedente a lo que de verdad levanta curiosidad de este caso. El 28 de Diciembre de 1974, poco después del suceso, la familia Lutz decidió comprar la casa, ya que era acogedora, bonita, y estaba sorprendentemente rebajada de precio. Decidieron olvidar lo sucedido con la familia anterior, y comenzar allí una vida nueva. Una vida nueva que duró 16 días...

Malos olores repentinos, ruidos constantes, manchas en las paredes, y el hecho de que puertas y ventanas se abrían solas comenzaron a ser los sucesos más habituales que ocurrían allí.
Tanto el matrimonio de Kathy y George, como sus hijas, afirmaban notar una presencia sobrenatural cada vez más presente.

Kathy afirmaba sentirse observada constantemente, y comenzó a tener pesadillas día sí y día también, donde contemplaba los crímenes del joven DeFeo, pero con su familia como víctima, en lugar de la familia del chico.

Los Lutz incluso hablan de que dicha presencia sobrenatural los poseía momentáneamente, y les obligaba a realizar actos violentos completamente atípicos a su conduta.

Desesperados, los Lutz decidieron acudir al sacerdote de la Iglesia más próxima. Pero la llegada de este trajo consigo la llegada de un olor a putefracción acompañado por una nube de moscas. Poco después, el sacerdote afirmó escuchar una voz repentina que le gritaba con violencia "¡Marchate de aquí!"

Tras la visita del sacerdote, los hechos se incrementaron, algo que se unió a la desconfianza y alucinación constantes en las que se encontraba la familia Lutz. George también comenzó a sentirse observado, y habla de como su mujer se estaba volviendo uraña, y se le caían pelos y dientes.

Sin poder aguantarlo más, la familia abandonó el lugar, que permanece hasta ahora deshabitado, sin que nadie haya podido dar una explicación racional a lo allí supuestamente acontecido, ni al comportamiento de los Lutz.

lunes, 19 de octubre de 2009

Incidente en Rosas - 1971

El primer tema a comentar con el que se abre este ciclo es el incidente que sucedió en la base militar de Rosas EVA-4, el 25 de Marzo de 1971.

En la oscuridad de la noche, un grupo de militares, no superiores a la decena, hacían guardia en esta base militar, de rango considerable.
Parecía ser una noche más, pero los perros estaban mucho más intranquilos que de costumbre, y empezaron a ladrar exhaustivamente, sin detenerse. Los guardias, al ver que no había nada aparente que pudiera explicar el comportamiento de los perros, decidieron continuar con su ronda, y comenzar a ver la película que destacaba aquella noche en la televisión.

Afuera, un solo guardia permanecería en la caseta de vigilancia. El resto vería la película tranquilamente, aunque había una cosa que les inquietaba: los perros no cesaban de ladrar, cada vez más alterados.

Justo al finalizar la película, el guardia que afuera se encontraba entró en la dependencia avisando alarmado a todos los demás, indicándoles que le siguieran afuera.

Al salir, todos pudieron contemplar como un objeto eliptico que desprendía una fuerte luz amarilla se encontraba sobre la base.
Era una situación alarmante, ya que era una zona militar restringida, y ningún vehículo podía aproximarse sin permiso, por lo que varios de los militares acudieron a reportar la situación.

El extraño objeto, que parecía tener en su interior unas especies de ventanales, desaparece súbitamente. Al poco de ello, el cabo Jesús Jofre, junto con otro soldado, ven una especie de fuerte resplandor verdoso tras la caseta principal de la base. Acompañado por el macho de la manada de perros, que no había dejado de ladrar, se dirigen a ver que sucede.

Conforme se aproximan, la luz se hace más tenue, pero no desaparece. Y justo a poco más de 4 metros, el perro se detiene, indicando que algo se encuentra frente a ellos.

El cabo y el soldado comienzan entonces a escuchar un fuerte sonido, similar a unos pasos, pero demasiado fuertes como para ser los pasos de una persona. Al cabo de unos segundos, ven como una figura humanoide de al menos 2´20 metros avanza hacia ellos. Poco pueden ver, solo la silueta, y una especie de cinturón metalico que llevaba.

Tras declarar alto el fuego reiteradas veces y observar que el sujeto no se detiene, ante el miedo, ambos disparan. Primero el soldado, con una ráfaga de 15 disparos con su rifle, y luego el cabo, que efectuó 3 disparos con su pistola reglamentaria.

Ante ello, la figura se detuvo, y tras unos segundos que parecieron eternos, se dio media vuelta, y comenzo su retirada. Ambos permanecieron inmóviles, observando la figura marcharse. Tras desaparecer de su vista, oyen fuertes ruidos, y golpes en la valla, y luego silencio.

El resto de los militares, al oir los disparos, acuden a su encuentro. Nadie puede creer lo que ambos han visto.

Corren a inspeccionar la valla, y observan que falta una parte. Quizás tumbada algo más lejos.

Ante la oscuridad total del recinto a esas horas de la noche, deciden esperar al día siguiente. Para su sorpresa, a plena luz del día, pudieron contemplar lo que fue de la valla: efectivamente, faltaba una parte de la misma. No estaba por ningun lado. Y los bordes de los alambres cortados parecían quemados, como fundidos por un soplete. Alrededor de la valla solo había un par de arbustos maltrechos, y ninguna huella.

No tardaron en venir autoridades de considerable talante, a las que siguieron un grupo de militares americanos que tras realizar una exhaustiva entrevista a los testigos se marcharon, con total seriedad, aconsejándoles olvidar todo lo ocurrido.

Este hecho ha sido un archivo clasificado hasta hace poco, y solo medios como Milenio 3 o Año Cero han hablado sobre el tema, sin haber pasado a los medios públicos.

El pasado domingo 18 de Octubre de 2009, Jesús Jofre, el cabo que vivió aquella experiencia en primera persona, relataba al público con todo detalle lo ocurrido en la misma en el programa Cuarto Milenio, de la cadena televisiva cuatro, siendo dicho testimonio la principal fuente de este artículo. Ya en el programa de radio de la Cadena Ser Milenio 3 dió otro testimonio sobre el mismo suceso.

Como testigo del humanoide esta el otro soldado. Y como testigo del supuesto OVNI esta todo el grupo militar que aquella noche se encontraba allí.

Como curiosidad, para finalizar, os informaré de que, mientras Jesús se enfrentaba a la criatura, el soldado que avistó el OVNI y dió la alarma, vió un objeto oscuro precipitarse contra el mar, seguido de un destello de luz momentáneo que le causó una conjuntivitis leve. Esta información fue facilitada por el escritor Javier Sierra en el pasado programa de Cuarto Milenio, mientras tenía lugar el testimonio de Jesús.

Simplemente, alucinante.